miércoles, 12 de octubre de 2016

ACTIVIDADES CON EL SOFTWARE EDUCATIVO - JClic

1.    Descripción general del instrumento

La Prueba de Comprensión Lectora de Complejidad Lingüística Progresiva (CLP) fue estandarizada en una primera etapa en una versión destinada a los cinco prime­ros cursos de la EGB. Esta primera versión contemplaba entre 12 y 14 subtest por curso, con un total de ítems, también por curso, que fluctuaba entre 76 y 92. 

En una segunda etapa se elaboró una versión destinada a los tres cursos restan­tes (6 ‑ 7 ‑ 8). Esta parte de la prueba, en dicha versión, contemplaba seis o siete subtest por curso, con un total de (temes, también por curso, que fluctuaba entre 74 y 88.

La aplicación completa de la prueba CLP requiere, en la versión descrita, que se dediquen a ella varias sesiones y se realice un análisis cuidadoso de numerosos re­sultados. El esfuerzo exigido por esta modalidad se compensa por un diagnóstico específico en relación a numerosas habilidades de lectura que se miden con ella.

Para responder a las necesidades de educadores y rehabilitadores que necesitan de un instrumento de más fácil aplicación y análisis y un modo de comprobar los progresos de un lector dentro de su nivel de lectura, los autores decidieron selec­cionar del total de la prueba un conjunto de ítems y subtest que pudiera res­ponder a estas necesidades.

En primer lugar, dada la variedad de situaciones en las que se desarrolla el proceso de aprendizaje de la lectura, la nueva versión no está organizada en torno a los cursos de la educación básica, sino en torno a niveles de lectura. Estos niveles, en grandes líneas, corresponden a los cursos de una muestra de establecimientos edu­cacionales de la zona metropolitana. 

Los autores tienen conciencia de que en sec­tores rurales, en ambientes escolares afectados por ausencia de recursos, por falta de educadores y otros factores de todos conocidos, el logro de los niveles puede ser considerablemente más lento. En todo caso, está claro que al finalizar la educa­ción básica se espera un dominio de todos los niveles, sin que haya sido de decisiva importancia el momento en que fueron logrados. 

La utilización de las normas de la prueba permite determinar en qué etapa de la lectura se encuentra el lector, dando un diagnóstico que señala las medidas que hacen posible continuar el pro­ceso. Al organizar la prueba por niveles y no por cursos, los autores quieren enfa­tizar una de sus características más importantes: su finalidad de orientar el proce­so de enseñanza de la lectura, sin ninguna relación con alguna calificación escolar o con algún proceso de promoción o reprobación de cursos. Para facilitar esta tarea de diagnóstico y orientación, cada nivel de lectura está descrito en forma específica y detallada.

En segundo lugar, se elaboraron dos formas paralelas para cada nivel. El fin fundamental de estas formas paralelas es poder comprobar los progresos del lector den­tro del nivel en que se encuentra.

En tercer lugar, se redujo sustancialmente el número de subtest e ítems por forma. Esta reducción permite, en circunstancias normales, que cada forma se aplique en una sola hora de clase o en una sola sesión de rehabilitación. Para los cinco prime­ros niveles se elaboraron formas de 4 subtest con un máximo de 28 (temes por forma y un mínimo de 18. Para los tres últimos niveles (6 ‑ 7 ‑ 8) se elaboraron formas de 6 subtest, con un máximo de 42 ítems por forma y un mínimo de 40.

Autor: Marchant, T. et al, Pruebas de Dominio Lector Fundar.

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